Sancionan de por vida a un jugador profesional de Overwatch por hacer trampas en China, pero el problema de fondo sigue ahí
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Sancionan de por vida a un jugador profesional de Overwatch por hacer trampas en China, pero el problema de fondo sigue ahí

El problema de las trampas en el país asiático es harto conocido por la comunidad involucrada en los deportes electrónicos. Una de las prácticas más comunes es la del «boosting»: contratar los servicios de un jugador de alto nivel para jugar con una cuenta ajena y subirla dentro de un ranking competitivo, desvirtuando así el sistema. En China han anunciado la suspensión de por vida a un jugador de Overwatch.

De hecho, en el juego de Blizzard ha habido varias sanciones a jugadores profesionales por el mismo motivo, incluso en Overwatch League (OWL), su liga más importante. En esta ocasión, los castigos han afectado 12 jugadores de Overwatch Contenders, el segundo nivel de competición más importante del «hero shooter», pero ha sido la primera con carácter permanente.

La mitad de la liga involucrada

El usuario de Twitter OW Beacon hizo público el contenido del comunicado oficial que Overwatch hizo a través de la red social Weibo, similar a Twitter, en China. Acto seguido, muchos otros miembros de la comunidad se hicieron eco de la noticia, así como portales como Dot Esports, y confirmaron que el jugador chino, tudouxi, había recibido una sanción de por vida que le impedirá volver a jugar en una competición oficial de Overwatch.

Junto a él, otro 11 jugadores han sido castigados, pero con menor dureza. Según Liquipedia, las suspensiones van desde un año en la mayoría de casos, hasta una temporada, que en Overwatch suele durar unos meses. El caso más flagrante ha sido el de Team Stop Feeding, donde hasta siete jugadores han sido descubiertos haciendo trampas y castigados por ello. Desde el propio comunicado se hace oficial la descalificación del equipo al completo alegando el daño y el efecto adverso para la comunidad que habrían causado sus jugadores.

En total, se han visto involucrados hasta cuatro equipos, la mitad de todos los conjuntos que conforman la liga. Más allá de lo grave de la situación, esto solo demuestra que dentro de los deportes electrónicos, y en concreto Overwatch, existe un problema de raíz que no se va a eliminar solo con la imposición de condenas y penas cada vez más contundentes.

Un problema sistemático

Uno de los problemas de fondo que siempre hay que contextualizar en estos casos es la precaria situación que viven numerosos jugadores profesionales que no han conseguido dar el paso a la élite absoluta. No es desconocido dentro de la comunidad de Overwatch, que las segundas y terceras categorías, sobre todo estas últimas, viven en un estado de precariedad que puede comprobarse con echar un simple vistazo a los premios con los que se recompensa a los mejores equipos.

overwatch league

Lo cierto es que en Overwatch, que tras la creación de Overwatch League, no ha conseguido consolidar sus otras competiciones: Contenders y Trials, afronta un problema que puede perjudicar a la larga a una cantera de jugadores que en ocasiones necesitan invertir decenas de horas a la semana sin percibir un salario acorde al tiempo que están empleando.

En muchos casos sus equipos no tienen la infraestructura ni la capacidad económica de pagarles un dignamente

Muchos de estos jugadores, a menudo no llegan a la mayoría de edad y se encuentra practicando una cantidad de tiempo enorme para intentar alcanzar la máxima categoría, en el caso del juego de Blizzard la Overwatch League, pero que en muchos casos sus equipos no tienen la infraestructura ni la capacidad económica de pagarles un dignamente.

Por eso, no es raro ver que estos usuarios tienen que recurrir al «boosting» para tratar de ganarse la vida con aquello en lo que han demostrado ser parte de los mejores del mundo. Dejando a un lado la ética y la legalidad de sus acciones, en varios casos se trata de pura supervivencia: de tratar de mantenerse con vida en un ecosistema en el que el que se rinde y deja de luchar es devorado por otro un poco más ambicioso.

No hay que olvidar que Overwatch Contenders es el segundo nivel de competición de un torneo en el que el ganador se embolsa varios millones de euros -3’5, en concreto- y en el que muchos de sus jugadores ni siquiera pueden ganarse la vida, no digamos ya cobrar sueldos estratosféricos.

Para hacer un símil con otros deportes electrónicos, Contenders sería –a efectos prácticos- la Superliga Orange de League of Legends gestionada por LVP. Huelga decir que también hay algunos casos en los que todavía los salarios llegan –con suerte- al mínimo legal y en donde hay mucha precariedad. Sin embargo, en España esto es una anomalía, al menos hasta donde se sabe oficialmente; mientras que en Overwatch es más habitual de lo que cabría pensar, y desear.

Una difícil solución

El problema latente reside en su retroalimentación, una de la que es muy complicado salir. Sin los focos, la atención y los números ampulosos de Overwatch League, el resto de competiciones del juego de Blizzard posiblemente se verían abocadas a una exposición incluso menor.

overwatch contenders

Sin embargo, no puede resultar más chocante que en Contenders, que engloba un total de ocho regiones del mundo, el total de dinero repartido sea 1’3 millones de dólares, mientras que en la Overwatch League, una competición única, el montante completo a repartir es de 5 millones de dólares.

Y por supuesto llegan algunas preguntas evidentes sobre la viabilidad de los proyectos, la mayor competición de Blizzard tiene buenas audiencias, este fin de semana -23 y 24 de febrero- no ha sido raro ver partidos por encima de los 170.000 espectadores, pero en Overwatch Contenders las cifras caen sin medida y en algunos casos apenas llegan a las cinco cifras.

Como en cualquier espectáculo, con datos de audiencia bajos es complicado vender publicidad y mantener un proyecto viable, o con pérdidas asumibles. Todavía más difícil mejorar las condiciones de los torneos y sus jugadores. Paradójicamente, si Blizzard no es capaz de cuidar las categorías más bajas, si no consigue ser atractivo para los anunciantes -y con ello repercutir en unas competiciones que no logran ser factibles en el más puro sentido de la palabra- para los jugadores profesionales entonces nada tiene sentido.

El sistema competitivo que Blizzard creó a raíz del anuncio de Overwatch League, el famoso “Camino a la gloria”, cumplirá su segundo año dentro de poco con claros síntomas de necesitar una mejora. Podría ser que la compañía, que encara un año difícil en 2019, estuviera tratando de apuntalar su competición más importante con el objetivo de asegurar su futuro antes de hacerlo con las categorías más bajas; pero lo cierto es que -como toda obra, más o menos faraónica- sin unos cimientos sólidos nada se mantiene mucho tiempo.

Imagen de Robert Paul vía Blizzard Entertainment

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