Hace un tiempo, ya hablamos de cómo administrarnos presupuestos de 600€, otro de 900€ y algún tiempo después, intentamos sacar un ordenador apto para los títulos esports por 400€. Después de pasar un tiempo supongamos que nos tocó la lotería.
En esta ocasión, echamos el todo por el todo y sacamos un presupuesto para todos aquellos que se les juntó cumpleaños-navidad-santo-graduación-herencia de una tía desconocida del pueblo-etc... Nos vamos hasta los 1900€ para montar un ordenador donde el Ultra debe estar garantizado durante bastante tiempo.
Pese al amplio presupuesto, es muy fácil que vuele, por ejemplo: Si elijo componentes para un futuro Overclock, no puedo escatimar en la refrigeración; si elijo mayor capacidad en el disco duro normal, el SSD puede quedarse pequeño, etc.
Por otro lado, contando con un presupuesto tan amplio, buscaremos también tener una estética atractiva. Sí, lo estas pensando: luces RGB por todos los lados.
No merece la pena más
Para el microprocesador opto por la opción del Intel Core i5-7600K. Optar por un i7 me parece, quizás, derrochar algo de dinero.
A día de hoy y si tu objetivo es montar un ordenador para jugar, lo que realmente influye es la gráfica, mientras que el microprocesador queda a un segundo plano, además de que, por costumbre, suele estar "bien" para la mayoría de juegos y es la tarjeta gráfica la que se nos queda anticuada.
Ahora es el momento
Los astros se alinean: en cuestiones de tarjetas gráficas, éste es el mejor momento de agenciarse una como Gaben Newell manda. Con la salida de la gama GTX 1080Ti, recordemos que tanto las versiones GTX 1070 como las GTX 1080 sufrieron un descenso considerable en lo que al precio se refiere.
Es por ello, que elijo la versión ASUS STRIX-GTX1080-A8G-GAMING para esta composición: entre las 1080 se encontraría entre las más altas en lo que a potencia se refiere, viniendo ya "algo oceada" de fábrica.
Almacenamiento por un lado, rendimiento por el otro
En este caso, con un disco duro WD Blue SATA3 de 1TB para los datos nos llegaría sin problema. Bien es cierto que tenemos los famosos SSHD entre los SSD y HDD, pero su durabilidad y fiabilidad desde la teoría (no he tenido la oportunidad de probarlos) me hace desconfiar y elegir un disco duro convencional.
Evidentemente, tendremos una unidad SSD y será mediante un puerto M.2 en la propia placa base, siendo el Kingston M.2 SATA SSD 240GB mi elección. Siendo sincero, las características entre fabricantes en este sector es muy pareja y la relación cantidad de GB/precio me pareció la más acertada.
No hay más opción
Con la estandarización casi total en los nuevos equipos de las memorias RAM DDR4, la elección es sencilla y voy a una marca que irrumpió en el mercado sin hacer mucho ruido, llegando a derrocar al todopoderoso Kingston. Tras haber probado más cosas de ellos, me quedo con ganas de repetir: las G.Skill Trident Z RGB DDR4 3000 PC4-24000 16GB 2x8GB CL15.
Con 3000MHz de velocidad y 16GB (y qué diablos, ¡luces!), hay poco más que añadir en favor de esta elección. Quizás es algo más cara que otros modelos debido a su diseño peculiar, pero es asumible dentro de nuestro presupuesto, recortando en otros apartados.
La base al final, sí.
Tras ver el resto de componentes (pero no todos), para el final ya habréis podido ir pensando e imaginando qué tipo de placa base podría acompañar a todos los requistos que nos montamos con estas elecciones. De nuevo recurrimos a ASUS con la Asus Prime Z270-A.
Con las conexiones necesarias, sí es cierto que quizás cojea algo en la cantidad de puertos USB que ofrece, pero su rendimiento debería compensarlo con creces, además de soportar un posible futuro overclock al equipo.
Los líquidos siempre refrigeran mejor
Con todo lo hablado, es inviable utilizar el disipador que acompañan al procesador de fábrica. Con vistas de nuevo a un posible overclock y teniendo en cuenta que la idea es "darle caña" al equipo, opto por el kit de Corsair Cooling Hydro Series H100i v2.
Arriesgarnos con una versión de otra marca no tan exigente con los resultados puede hacer que caiga algo húmedo dentro de nuestro sistema y hace disipar cualquier duda instantáneamente.
Gusto propio más que rendimiento
Para la caja, influye en mayor medida la elección de un diseño atractivo para cada uno en lugar de uno con especificaciones concretas: con tener USB 3.0 y un espacio lo suficientemente cómodo para montar nuestros componentes nos valdría.
Pero aquí todo cuenta y sumando la certificación AURA de ASUS tanto de la placa base como de la tarjeta gráfica, ¿por qué no repetir con la NZXT Noctis 450 ROG? Con ello, las luces de los 3 componentes irán al unísono (lástima por la memoria RAM).
Claro, alguien tiene que nutrir a nuestro bebé
Ahora que nuestra creación está terminada, necesitamos que cobre vida gracias a la magia de la electricidad. Quedarnos cortos en la potencia sería un varapalo terrible para cualquiera y, ni qué decir tiene en la autoestima, por ello la Corsair RM850i 850W 80 Plus Gold Modular con 850W nos ayudará a tener todo el sistema en pie de sobra.
Además, la certificación plus gold nos asegura una mejor eficiencia y menor emisión de calor, cosa que siempre se agradece.
Ignoras a AMD, ¿por qué?
Muy a mi pesar, AMD ha cogido la costumbre de levantar un hype mayor a las realidades que te encuentras al desempaquetar sus componentes. Pasó en anteriores generaciones, pasó con los Ryzen 7 y preveo un futuro no mucho más alentador para los Ryzen 5 y sus gráficas VEGA.
No os cofundáis: no es mala marca en absoluto (si tan sólo existen 2 creadores de microprocesadores, por algo será), pero esperar a ver una más que posible decepción y acabar optando por lo que a día de hoy considero mejor pero más tarde, sería retrasar lo inevitable.
