Imagina que eres un menor viviendo en el estado indio de Gujarat y tienes la fantástica idea de jugar unas partidas a 'PUBG'. Puede que, en ese caso, acabes recibiendo una visita de la policía y no sea por una broma de mal gusto de algún compañero de clase. Así lo dicta el baneo al juego por parte del gobierno indio.
Lo saben bien 10 quinceañeros que fueron detenidos recientemente para estar en custodia policial hasta ser liberados con un aviso. La prohibición, que sin embargo no afecta a otros juegos como 'Fortnite', vuelve a recoger el testigo de esa mala práctica a la hora de comparar videojuegos con lo que desde la India consideran como un aumento en la violencia infantil.
"Por culpa de estos juegos"
La orden por parte de la policía destaca que: "Por culpa de estos juegos, la educación de los niños y jóvenes se está viendo afectada, modificando su comportamiento, modales, forma de hablar y desarrollo." Un discurso que ya adoptó el primer ministro indio al afirmar que los padres debían guiar a sus hijos para sacar lo máximo de la tecnología.
Curiosamente la situación queda cerca de los informes revelados por recientes estudios que se ocupaban de echar por tierra una vez más la relación entre violencia y videojuegos. De hecho, según esas mismas investigaciones, la popularidad de los juegos se relaciona más con la bajada de violencia que con su aumento, por lo que la prohibición de 'PUBG' en la India tiene aún menos lógica.
Con algo de suerte, las nuevas generaciones acabarán desterrando de por vida esta absurda guerra contra el videojuego sólo apoyada en habladurías y rumores con ninguna base científica. Ni la televisión ni los videojuegos podrán ser sustitutos de una buena educación, pero eso no significa que deban ser vapuleados como excusa para ignorar esa falta.
