Riot Oceanía responde a la polémica sobre su parcialidad en medio del caos de la liga
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Riot Oceanía responde a la polémica sobre su parcialidad en medio del caos de la liga

La Oceanic Pro League (OPL), liga de la región de Oceanía, ha estado rodeada de escándalos en las últimas semanas. Finalmente este año la liga iba a tener una competición presencial con mejores condiciones para los clubes, pero el caos ha derivado en un cruce de acusaciones entre los equipos y Riot.

El caso más llamativo es el de Tainted Minds, que perdió a casi todos sus jugadores y cuerpo técnico tras discutir acerca de sus contratos. Nick “Inero” Smith, el entrenador, hizo público que el club se desentendiera de la plantilla, dejando la casa sin electricidad durante varios días o no arreglando un Internet pésimo, lo que les imposibilitaba entrenar.

No solo eso, sus contratos ya habían finalizado aunque seguían jugando para la organización. Es más, constaba una plantilla de 13 jugadores cuando el máximo permitido por Riot es de 10. No obstante, no es un caso aislado.

Otra organización de la liga, Chiefs eSports Club, también ha sido sancionada esta semana por compartir cuentas durante un bootcamp. Aunque el equipo alega que era necesario porque Riot no les dio cuentas a tiempo, cuatro de sus jugadores no podrán jugar durante las próximas dos semanas.

El colista de la liga, Exile5, no tiene dueño. El anterior fue expulsado por su incapacidad para dirigir un equipo según los mínimos requisitos de la liga y Riot todavía no ha encontrado un reemplazo.

Los jugadores de Tainted Minds hacen pública su indignación

Ante esta situación que evidencia una clara falta de control sobre la liga, tanto la desarrolladora como Tristan 'Cake' Côté-Lalumière, jugador de Tainted Minds, se han manifestado con su versión de los hechos en lo que concierne a Tainted Minds, el caso de más repercusión mediática.

En su comunicado, Cake detalla las malas condiciones en las que se encontraba la casa del equipo, el internet deficiente del que disponían y las consecuentes derrotas en la liga a falta de los desastrosos entrenamientos.

“Entendemos que las gaming house son algo nuevo en Oceanía, sabíamos que habría algunos problemas, pero esperábamos que la organización fuera más proactiva buscando soluciones”, argumenta. “Nos seguían prometiendo que las cosas se arreglarían y nos daban fechas límite que nunca respetaban. Nada mejoró y los problemas nunca fueron resueltos”.

Según él, fue a principios de enero cuando el entrenador se puso en contacto con Riot porque la situación ya era insostenible. Las reuniones debían haber tenido lugar antes del comienzo de la competición, pero no se sucedieron hasta la tercera semana de liga.

Añade que Ringland, el rioter encargado de la región, tenía relaciones con John Mcrae, inversor en Tainted Minds e incluso colabora en una liga escolar neozelandesa en colaboración con Riot Games. “Esto explica por qué Riot continuó retrasando las fechas, para que John pudiera solucionar los problemas y lavar su imagen de cara a las reuniones. Ese es solo uno de los muchos ejemplos de la parcialidad de Ringland hacia Tainted Minds”.

En vista de que los problemas seguían sin ser solucionados a pesar del intento de mediación, los jugadores volvieron para hablar con Ringland sobre la posibilidad de no jugar la cuarta semana porque todo seguía igual. “Más tarde descubrimos que Ringland probablemente le había dicho a John nuestras intenciones de marcharnos, porque Tainted Minds ya estaba buscando nuevos jugadores antes de que nadie más supiera que nos íbamos a marchar”.

Tras jugar la cuarta semana, los jugadores abandonan la casa y rompen el acuerdo con el equipo, a pesar de que Tainted Minds no está de acuerdo ni Riot interviene en temas legales. Cake detalla, además, que aún no ha cobrado el mes de diciembre ni las últimas semanas que jugó en la OPL, algo ilegal según su contrato.

13 jugadores son los que tenía inscritos el equipo cuando el máximo permitido por la liga son 10, además de que algunos fueron eliminados de la lista para evitar represalias y, en palabras de Cake, “claramente se hizo para que Tainted Minds no tuviera que quitarnos de la base de datos”, favoreciendo sus intereses.

“Esta era la oportunidad de Riot para hacer crecer la región de Oceanía y no es positiva para los jugadores. Algunos tienen mucho talento, pero su infraestructura está cinco años por detrás de la de NA. No creo que Tainted Minds sea consciente de la mala publicidad que está haciendo de su región, es muy egoísta por su parte actuar como lo hacen”.

Finaliza diciendo que Riot los mantendrá en su base de datos hasta que el equipo decida retirarlos y que la razón para hacer públicos todos estos problemas era que no tenía muchas más opciones y que quiere su situación resuelta de cara al siguiente split para poder unirse a otro equipo. Incluso señala que ha recibido amenazas por hacer público el comunicado.

Riot responde y solo empeora las cosas

Tras el revuelo formado en la comunidad, Daniel Ringland explica de manera oficial en la página de la competición su versión y cómo deciden actuar en el caso de la manera que creen más adecuada.

Ringland entiende que era un problema de contrato y, puesto que Riot tiene un contrato con los equipos pero no con los jugadores, se desentiende de los problemas que puedan surgir dentro de la casa. Lo único que Riot está investigando es por qué no se pagó a los jugadores cuando el equipo dijo que sí lo había hecho en una fecha determinada.

Añade que solo intervienen entre un club y sus jugadores cuando el problema llegua a los límites de hacer peligrar su seguridad, algo que no ocurrió en este caso. En vistas de que ambas partes no llegaban a una solución, Riot pidió reunirse con todo el equipo, aunque no se solucionó nada y se aconsejó ayuda legal.

Fue entonces cuando cuatro de los cinco jugadores pidieron salir de Tainted Minds. Con la competición en juego, Riot permitió al club añadir más jugadores a su plantilla para suplir a aquellos que querían salir. Después de disputar los partidos, la organización dejó claro quiénes salían para no superar el límite de jugadores, aunque no se actualizó en las bases de datos de Riot.

Ringland finaliza el comunicado reconociendo que deberían haber intervenido de otra manera y prometen mejorar su comunicación en el futuro, tanto con la comunidad como con los propios equipos.

Desmintiendo a Riot

Tras leer toda esta explicación, Cake ha empezado a aportar pantallazos y pruebas que apoyan su versión para dejar en evidencia a Riot Oceanía y demostrar que realmente estaban siendo parciales al lidiar con el caso. Incluso ha numerado la lista de acontecimientos que tuvo lugar.

Los jugadores han estado recibiendo muestras de apoyo y simpatía, también por parte de personalidades como Christopher "MonteCristo" Mykles que se vio afectado en su momento por decisiones cuestionables de Riot.

Aaron "ChuChuZs" Bland, otro jugador del equipo, ha compartido cómo vivió esos meses en la casa y ha anunciado que al menos durante este año se centrará en la universidad.

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